Murió de sobredosis. Sobredosis
de libertad y de soledad en sí mismo.
La ceguera de sus miedos, le
convirtieron en sordo de palabras y de emociones.
La individualidad, soledad, e
independencia, le gobernaron hasta quedarse sin sus valores. Los más fuertes
que había tenido, los de luchar contra todo para sentir más que nadie, las
necesidades de ser feliz, con el conformismo del con esto me basta.
Y en un momento de su vida, lo
hizo, lo confesó y sobre todo lo sintió. No le abandonaban los miedos y las
dudas, pero cada vez se hacía mejor persona y conseguía acabar la batalla
contra ellos, mirándose en el espejo de su vida, y sonriendo por lo que había
llegado a ser.
Se arrancó el corazón por oírlo
demasiado, sus palabras las de antaño, las que le hacían querer más, se fueron…
el sentido de no sentir, su principio… se había perdido. Cómo todo lo demás,
que se fue sin dejar rastro.
La muerte lo encontró antes de
que él se encontrara así mismo, podía haberse estado buscando toda la vida…pero
si perdía su alma… ¿para qué le servía buscar más?
La decadencia se apoderó de él,
el conformismo, y todo aquello de lo que renegaba creaban a una nueva persona…
Agotó las casualidades que le
habían llevado hasta su “Fatu”, que le habían dado su identidad, que le habían
dado la fuerza que necesitaba, y que él solo se había quedado sin ella tantas
veces, gritando desde dentro que le librara de ese monstruo que era sí mismo,
que le daba tantos dolores de cabeza, y sobre todo de corazón…
Pero finalmente, huyó, y no como
lo había hecho otras veces, si no sin mirar atrás, sin recordar, intercambiando
recuerdos por dudas, palabras por silencios, momentos por vacíos.
Los trozos de eternidad de los
que hablaba se convirtieron en negros huecos en su cabeza. Soltó la mano de
quien juró no se desprendería. Alguno de
sus versos como este:
Llévame contigo, llévame hasta arriba
a donde hayas ido. No quiero que te despidas, no.
No quiero ser el mismo de antes..Me da miedo!
Sin ti, soy un errante, e ir hacia adelante no puedo.
Sin ti, soy un bohemio de vida desordenada.
Encuentro premio en la bebida, por no pensar en nada.
Y es mi suerte, y es fuerte, sentirte y no tenerte.
No dejaré de buscarte aunque me alcance la muerte.
a donde hayas ido. No quiero que te despidas, no.
No quiero ser el mismo de antes..Me da miedo!
Sin ti, soy un errante, e ir hacia adelante no puedo.
Sin ti, soy un bohemio de vida desordenada.
Encuentro premio en la bebida, por no pensar en nada.
Y es mi suerte, y es fuerte, sentirte y no tenerte.
No dejaré de buscarte aunque me alcance la muerte.
Olvidó que no se habían puesto en
su cabeza por casualidad, sino por destino… el que no supo mantener y así le
alcanzó, su diagnóstico no fue muerto por amor, fue muerto por traición a sí
mismo.
Su alma, vagabundea, recitando
versos que aún recuerda, su cabeza y su cuerpo en calma, jugando a pulsos con
la vida.
Porque antes de morir, dijo, así
es la vida…pero lo cierto es que no lo era, el consuelo del abandono de uno
mismo es hacerse creer sus propias mentiras.
Desde aquí un minuto de silencio,
por su alma, por su corazón y por lo que un día significó en otro.
Y en esta fecha, una felicitación
sin serla, un día sin sueños, un descanse en paz mientras pueda…
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