El primer día de muchos en los que me levantaba pudiendo
hacer ruido y encendiendo las luces de la casa.
En el que no escribía ningún te quiero ni ningún mensaje de
buenos días.
El primero en el que he mirado el teléfono no por la ilusión
de que me avisara de que ya estaba despierto para oírlo, sino para que me diera
señales de que seguía vivo.
Hoy no tenía la prisa de salir de la oficina para no tardar
en llegar.
No he corrido cuando he oído que mi tren iba a hacer parada
en mi estación, cuando antes volaba para no perderlo porque él me pedía que le
dijera al conductor que se diera prisa para vernos antes porque me echaba de
menos.
La primera vez que bajo del tren en vez de con una sonrisa y
nervios por verlo, a salir con un miedo encima que me hace agachar la cabeza
mientras ando.
No he mirado a la ventana por si estaba asomado ansioso, las
llaves no se han tropezado en mis manos queriendo abrir la puerta del portal,
no he subido los escalones de dos en dos…
No he abierto la puerta con la mayor de la sonrisas…porque
hoy, es el primer día de muchos que la vida vuelve a ser normal, pero ni él ya
está…ni tras la puerta me espera nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario