El loco nunca aprendió a leer ni a escribir.
Aprendió a contar hasta 10 pero usando sus dedos de calculadora.
También sabía leer el viento y las nubes,el olor del aire y los hormigueros,
todas cosas que sirven para no dejarte el paraguas en casa,
que si las sabes, no te mojas.
El loco pensaba que todo lo hacia bien y no entendía las malas caras.
Aprendió a restar, pero con palitos, se había quedado sin dedos.
El loco sonreía todo el rato.
Porque el loco vivía en la ignorancia, y el loco era feliz.
Hasta que el loco despertó de su locura...
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