Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto
arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que
ya no puedo perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere.
No
tengo paciencia para el cinismo y exigencias de cualquier naturaleza.
Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me
ama y de sonreír a quien no quiere sonreírme.
Decidí no convivir más con
la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos.
No consigo
tolerar la erudición selectiva y la altivez académica.
Creo en un mundo
de opuestos y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible. En
la amistad me desagrada la falta de lealtad.
No me llevo nada bien con
quien no sabe elogiar e incentivar.
Tengo dificultad para aceptar a
quien no quiere a los animales.
Y ya no tengo paciencia para quien no
merece mi paciencia.
PD: no estaba muerta...que estaba de parranda :)
Te pones muy fina cuando te enfadas jajajaja yo también estaba de parranda :)
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